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Qué ver en el Museo Nacional de la Civilización Egipcia

26 noviembre, 2021

No hace falta buscar una excusa para viajar a Egipto pero desde que sus momias más célebres hicieron las maletas para ser protagonistas de uno de los museos más célebres del mundo, hay una más. Descubre qué ver en el Museo Nacional de la Civilización Egipcia (NMEC).

Nueva visión de la cultura egipcia

Su misión es “aportar una visión dinámica e innovadora del pasado y el presente de la civilización egipcia”. Para lograrlo, no se ha escatimado: el complejo dispone de 490.000 metros cuadrados totales, contando con grandes zonas verdes y un lago artificial, de ellos, 135.000 se destinan a la zona expositiva.

La puesta de largo no pudo ser más impactante. El Desfile dorado de los faraones (que desde aquí os recomendamos disfrutar si no lo habéis hecho ya) fue una gran operación de marketing global que se prodigó en imaginería egipcia kitsch.

Estas instalaciones serán completadas en breve con el Gran Museo Egipcio, que conviene distinguir. Este último se levanta a unos dos kilómetros del parque arqueológico de las pirámides y podría inaugurarse el próximo 2022.

¿Ya has visto el Desfile dorado de los faraones?

Información práctica para la visita al NMEC

El Museo Nacional de la Civilización Egipcia se ubica en Fustat, una antigua ciudad al sur, ahora parte de El Cairo. Desde el centro, dista unos 15 kilómetros, no debemos olvidar que estamos en una de las megalópolis más grandes del mundo: en su insaciable expansión, la capital de Egipto ya concentra a cerca de 17 millones de habitantes en su área metropolitana.

  • Horario. De 9:00 a 17:00 h. todos los días de la semana. Los viernes dispone además de visita nocturna de 18:00 a las 21:00 h.
  • Precio. La entrada general es de 200 libras egipcias, cerca de 11,50 euros, y la mitad para estudiantes: 100 libras egipcias (unos 5,75 euros). El permiso no profesional para fotografía (para una cámara) cuesta 50 libras adicionales. Se puede obtener aquí.
  • Descuentos. La entrada es gratuita para mayores de 60 años y menores de 6 de domingo a jueves.

NMEC vestíbulo de entrada

Lo mejor del Museo Nacional de la Civilización Egipcia

El museo dispone de unos fondos de más de 50.000 piezas y la muestra se organiza en torno a dos recorridos: cronológico y temático. 

  • La zona expositiva cronológica. Se divide en los periodos arcaico, faraónico, greco-romano, copto, medieval, islámico, moderno y contemporáneo. 
  • Las áreas temáticas. Son siete: albores de la civilización, el Nilo, la escritura, estado y sociedad, cultura material, creencias y pensamiento y la galería de momias reales.

Lo que no hay que perderse es:

Mummies Hall (Hall de las momias) 

A la zona estrella del museo se accede por una rampa que, de nuevo, busca un efecto inmersivo en el visitante evocando la experiencia del Valle de los Reyes, la necrópolis junto a Luxor. En esta zona del NMEC se prohíbe sacar fotografías, aunque se haya sacado el permiso.

En este espacio, distribuido en una especie de T, se ubican 20 de las 22 momias protagonistas del fastuoso desfile. Imposible no sorprenderse por el buen estado de conservación de muchas de ellas, sin duda una de las razones que las han convertido en uno de los más sorprendentes descubrimientos arqueológicos de la historia.

No debes perderte las momias de:

Seqenenre Taa II

Se trata del penúltimo rey de la dinastía XVII del Antiguo Egipto, que gobernó del 1560 al 1554 a. C. Esta momia cuenta con la peculiaridad de que aún es posible apreciar las heridas del cráneo que seguramente causaron su muerte durante una batalla contra los hicsos. (Es la número uno en la disposición del museo).

 Hatshepsut 

Es considerara la segunda mujer en gobernar, de 1490 a 1468 a. C. Esta reina-faraón de la dinastía XVIII fue su quinta gobernante durante 22 años y una de las que más historias y literatura ha generado, solo comparable a otras figuras del antiguo Egipto como Akenatón, Nefertiti, Tutankamón, Ramsés II o Cleopatra VII. ​(La número seis).

 Tutmosis III

Gobernó plenamente a la muerte de su madrastra, Hatshepsut, en uno de los reinados más prósperos del Imperio Egipcio (de c. 1479 a 1425 a. C.). Como curiosidad viajera se puede citar que durante su mandato se construyeron siete grandes obeliscos que, siglos después, dan muestra del refinamiento de la cultura egipcia en Roma, Estambul, Londres y Nueva York.  (Número siete).

 Ramsés II

Quizá el faraón más conocido del Imperio Nuevo, su largo reinado de 66 años se extendió desde 1279 hasta 1213 a.C.​ Fue un rey guerrero y constructor; en Karnak terminó la gran sala hipóstila del templo de Amón, y su templo funerario en el Valle de los Reyes es uno de los más bellos. (Número 12).

Main Hall (Hall Principal)

En torno al hall principal se distribuye la mayor área expositiva del museo. Aportar una visión compleja y rica de Egipto desde su prehistoria a la edad moderna, con especial atención a la era faraónica y greco romana, si bien la gran novedad es que ahora la historia copta e islámica son también protagonistas. 

Aunque el concepto expositivo es relajado, nada que ver con el antiguo Museo de El Cairo, resulta imposible asimilar todos los objetos que se exponen. Utensilios en piedra del periodo predinástico (Edad del Bronce, principalmente), urnas funerarias, estelas, esculturas, papiros, armas y joyas, arte copto y la cultura islámica a partir del siglo VII. 

La selección de piezas a disfrutar con más detenimiento es sin duda uno de los retos a la hora de decidir qué ver en el Museo Nacional de la Civilización Egipcia, pero no dejes de disfrutar de estos seis hitos: 

  • Foso de proyección del Gran Hall. Es la primera sorpresa del visitante y permite asomarse a una especie de cráter con proyecciones. La instalación es parte de la tecnología inmersiva que pretende enriquecer la visita durante todo el museo. 
  • Esqueleto de Nazlet Khater. Es uno de los dos esqueletos que provienen de este sitio arqueológico del Alto Egipto. Su principal aportación es dar testimonio de la temprana ocupación humana de la zona. 
  • Esfinge de Hetepheres II. Esculpida durante el Imperio Antiguo de Egipto (entre 2686 y 2181 a. C.), pasa por ser la esfinge de más antigüedad de todas las encontradas hasta la fecha.
  • Pectoral de Neferuptah. Fue encontrado en el sarcófago de la princesa y está considerado una obra maestra de la joyería. Oro, feldespato y cornalina son los materiales de este símbolo de estatus citado en el Libro de los Muertos.
  • Ataúd de Nedjemankh. Esta valiosa pieza de 2.100 años de antigüedad se hizo muy popular cuando, en 2019, el Museo Metropolitano de Nueva York la devolvió a Egipto. Austero y bello, el ataúd del sacerdote Nedjemankh había sido descubierto en 2011 y robado durante la Primavera Árabe.
  • Tesoro de Douche. Su nombre proviene del pueblo donde fue descubierto en 1989. Es uno de los más destacados del periodo romano. 

 

 

 

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