Turkmenistán - Uzbekistán

Turkmenistán alberga un gran número de monumentos fascinantes de la época de la Edad de Bronce y era el nudo principal en la Gran Ruta de la Seda. Sobrevivió la invasión mongola cuando Margush, Nissa, Merw y Kunya Urgench eran centros de la civilización-bactriano Margiana, y de los partos, selyúcidas y los imperios Khorezm. El desarrollo de una identidad nacional turkmena se inició con la llegada de los pueblos turcos por primera vez en la región en el siglo X. Sus descendientes se establecieron las distintas tribus de Turkmenistán, como el Teke, Yomut, Ersary, Saryk y Chowdur. A través de los siglos, el pueblo de Turkmenistán ha logrado conservar sus peculiaridades y tradiciones tribales. Y aunque casi el 80% del país está cubierto por el desierto de Karakum, Turkmenistán también ofrece paisajes sorprendentemente impresionantes y variados, la flora y la fauna, valles subtropicales, bosques, cañones de piedra caliza, las cuevas cársticas y lagos de agua salada. 

Uzbekistán es uno de los países independientes más recientes y la cuna de una de las civilizaciones más antiguas y fascinantes que se conocen. Desde el año 1924 al 1991 formó parte junto con Kazajstán, Kirgyzstán, Tayikistán y Turkmenistán, de la denominada Asia Central Soviética. Es la más poblada, la más fascinante y la de mayor atractivo turístico de las cinco repúblicas, convertidas todas en estados independientes igualmente en el año 1991. El viajero descubre hoy con cierta sorpresa que la capital uzbeka, Tashkent, es una moderna y agradable metrópoli de más de dos millones de habitantes, pero la sola mención de nombres como Khiva, Bukhara y Samarcanda le traerá imágenes de hermosas leyendas, reflejos de azules turquesas y caravanas cargadas de enigmáticas mercancías que discurrían en lento caminar a través de la Ruta de la Seda.