Serbia, es antigua y contemporánea, tradicional y exótica, con paisajes montañosos que contrastan con llanuras, apacible y desafiante. El territorio ha sufrido expansiones y reducciones a lo largo de su historia. Por ello, todo lo que Serbia ofrece a los turistas es de una naturaleza compleja, rica y diversa. La variedad de monumentos histórico-culturales del país lo apoyan.
Una mezcla de influencias autóctonas y globales se refleja en la arquitectura, arte, estilo de vida, gastronomía y en la abierta cultura de Serbia. La vida nocturna de la capital, Belgrado, y de las demás ciudades es vibrante y bulliciosa, en contraste con la serena y relajante tranquilidad de los pueblos, donde la naturaleza se combina con el entorno para ofrecer diversas oportunidades de escapar de la vida urbana.